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AMINA, TESTIMONIO SONORO

Enraizado en las tradiciones folclóricas y enriquecido con el espíritu improvisador del jazz, AMINA, el disco debut de Carolina Mama, fusiona sonido y narrativa cinematográfica para crear una experiencia inmersiva que honra la fuerza, la belleza y la resiliencia de las mujeres de todo el mundo.

Co-producido y grabado en Los Ángeles con Lau Noah y Emily Elbert, AMINA es más que una simple colección de canciones; es un testigo —un testimonio sonoro— de vidas ignoradas y voces marginadas. A través de composiciones llenas de matices, narrativas complejas y un valiente entretejido de herencias culturales, Carolina Mama busca romper moldes y desafiar las narrativas tradicionales que rodean la identidad y la representación femenina. Cada canción está creada para evocar emociones, despertar la reflexión e impulsar el empoderamiento. Un llamado a recordar de dónde venimos, a repensar hacia dónde vamos y a celebrar el poder femenino en toda su complejidad y gloria. En palabras de la propia autora, “AMINA es la introducción perfecta a mi obra: atrevida, tierna, arraigada y revolucionaria”.


Amina es mi primer disco y una obra profundamente personal. Nació de la
necesidad de dar voz a historias que muchas veces no se escuchan, a mujeres
que han sido silenciadas o marginadas. Es un homenaje a su fuerza, a su
resiliencia y a su belleza. Cada canción es una ventana hacia esas luchas, pero
también hacia la esperanza y la posibilidad de transformación. Con este álbum
busco que el público no solo conecte con la música, sino que se cuestione las
estructuras sociales y se sume a la lucha por los derechos de las mujeres.
El proceso fue muy visceral. Muchas de las canciones nacieron de experiencias
personales y de testimonios reales de mujeres que me inspiraron
profundamente. Ocho de los diez temas fueron grabados en vivo, porque quería
capturar la energía y la verdad de ese momento, sin artificios. Esa crudeza, esa
vulnerabilidad, es lo que hace que las canciones respiren y se sientan vivas.
Trabajé junto a Lau Noah y Emily Elbert produciendo, quienes me ayudaron a
dar forma a ese sonido entre lo folclórico, lo cinematográfico y lo
contemporáneo, comenta la artista.

El álbum debut de la cantautora no solo busca “promover la prevención de la violencia de género a través del poder de la música y la narración”, sino que también es “ un mensaje para las generaciones más jóvenes: alcen la voz, manténganse firmes y nunca tengan miedo de luchar por sus derechos”.

AMINA es una obra que abraza la lucha de las mujeres y amplifica sus reclamos en búsqueda de una justicia que se vea respondida con mayor contundencia en tiempos violentos.

Una declaración de principios, una forma de habitar el mundo.

Radicada en Estados Unidos desde el 2014 y becada por el conservatorio The New School of Jazz and Contemporary, Carolina Mama es una cantante, compositora, música y cineasta argentina.


Vivir en Estados Unidos ha sido una experiencia de expansión y de mucha
búsqueda. Paso mis días entre Brooklyn, donde creo y toco, y Santa Fe, en el
desierto de Nuevo México, donde compongo y me conecto con la naturaleza.
Extraño profundamente la calidez de mi gente, los abrazos largos, los mates
compartidos y la intensidad emocional con la que vivimos en Argentina. Pero
también me llevo conmigo esa fuerza, esa pasión, y la transformo en música.

Tras los estrenos de «Vestida de Melodía» y «Dos almas» (ft. Mat Alba), «Bajo El Silencio» (ft. Trooko) llega para develar nuevos colores en el arte de la autora: unos mucho más profundos, dramáticos y reflexivos.


Mis shows son una experiencia sensorial y emocional. Hay algo de ritual en cada
presentación: canto, cuento historias, y creo un espacio donde el público puede
sentirse libre, vulnerable y poderoso al mismo tiempo. La música atraviesa lo
corporal y lo político, invita a moverse, a reflexionar y a sanar colectivamente. Es
una celebración de la vida, del arte y de la resistencia.
Mis influencias vienen de muchos lugares: del folclore latinoamericano, de África
del Norte, del jazz neoyorquino. Admiro profundamente a artistas como
Residente, Fatoumata Diawara, Laura Mvula, Silvia Pérez Cruz, Radiohead,
Anderson .Paak y Benjamin Clementine. En este momento estoy escuchando
muchas voces femeninas que están redefiniendo el sonido contemporáneo, con
fuerza y vulnerabilidad a la vez.
“Bajo el silencio” es el cierre de Amina y la puerta hacia lo que vendrá. Es una
canción que nace del dolor, pero también de la furia y de la necesidad de
cambio. Es un grito frente a la violencia que muchas mujeres sufren, una
declaración de resistencia y de revolución. No está hecha para rendirse, sino
para despertar.
La escribí pensando en todas las que no pueden hablar, en las que ya no están,
y en las que seguimos de pie. Es una invitación a no callar más, a exigir justicia
y a imaginar un mundo donde las mujeres puedan vivir seguras y libres, añade Carolina.

    ESCRIBE ARIEL EBRA